domingo, 21 de junio de 2009

EL VIAJE III

Pasó una hora. Estuve intentando mantener las formas y a la vez descubrir sus puntos débiles.

Cuando estoy con una mujer intento conocer donde están las zonas de su cuerpo que le hacen perder el consabido dominio de la situación, propios del género femenino.

Marie tenia en el cuello una de sus zonas erógenas mas señaladas. La segunda era la espalda.
Al meter mi mano por debajo de su jersey, rozándola con las yemas de mis dedos, escuchaba como sus suspiros contenidos aumentaban de intensidad. Alcancé sus pechos, los acaricié por encima del sujetador, busqué sus pezones y estos respondieron inmediatamente al estímulo poniéndose totalmente erectos. Mientras, mi boca recorría muy despacio su cuello mojándolo ligeramente con la punta de mi lengua.
En un momento en que la temperatura había subido muchos grados y parecíamos unos adolescentes desesperados, le propuse marcharnos del local.

Pagué la cuenta y volvimos caminando hacia el coche. Mi intención no era volver al coche, sino al hotel para continuar lo empezado y calmar el terrible calentón que llevábamos
No se si fue el cambio de temperatura al salir de nuevo a la calle o que había luna llena o sencillamente que actuaba como suelen hacerlo las mujeres en este terreno, o sea haciendo lo contrario de lo que queremos los hombres.



Dicho de otra forma su respuesta ante mi proposición de ir al hotel fue un no rotundo.


- “Es pronto” - me dijo.
- Pero pronto ¿para que?, si se trata de pasarlo bien durante un rato y ya está
- Es demasiado pronto – insistió.

Yo sabía perfectamente lo que me estaba diciendo, pero los estrógenos no me dejaban pensar con claridad.

Siempre he envidiado la capacidad que tiene la mujer para utilizar todas sus herramientas, incluida la del sexo, para conseguir lo que quiere. Sabe aguantar lo que sea en beneficio de la causa que persigue.
Nosotros en cambio somos mucho más primarios y nos dejamos llevar por nuestros instintos más primitivos, aunque sea para estrellarnos. Supongo, que en eso debe radicar también una parte de nuestro atractivo para ellas. Saben que tienen la partida ganada antes d empezar a jugar.

Por fin, llegamos hasta su coche. Ella, completamente normal y yo bastante mosqueado.
En lugar de decirle buenas noches y marcharme al hotel a relamer mis heridas de macho derrotado, me subí al coche con ella.


Decidí cambiar la estrategia. Al fin y al cabo se trataba de jugar ¿no? Pues juguemos.
Me transformé en el ser más encantador de que fui capaz. Me disculpé por una reacción tan infantil y replantee mi objetivo.
Antes de que acabe la noche me pedirás que te haga el amor o dejo de llamarme como me llamo, pensé.


Le tomé una mano y con al otra le acariciaba el pelo

- De acuerdo Marie, si es lo que quieres, no voy a insistir. Entiendo que solo hace unas horas que me conoces y entiendo tus reticencias para irte a la cama con un extraño, que, al fin y al cabo es lo que soy para ti.
- No es solo eso – me contestó – se perfectamente lo que es esta relación y lo que puede dar de si. Pero por eso mismo te elegí. Se paciente.
- Yo puedo ser paciente, pero no tenemos demasiado tiempo.

Miré fijamente sus ojos y me acerque muy despacio para besarla de nuevo.
Durante un instante parecía que me iba a rechazar, pero se arrepintió y se entregó al beso con pasión.




Ya era muy tarde. La calle donde había aparcado estaba en penumbra y apenas había transeúntes.
Con la libertad de la soledad y a pesar de la incomodidad del coche, hice que se acercase hacia mi asiento y comencé a acariciar su espalda. Me deleitaba en su boca mordiendo muy despacio el labio inferior y notando como disfrutaba. Su saliva se mezclaba con la mía y nuestras lenguas se entregaban a una batalla de exploración mutua.
Una de mis manos se acercó al cierre de su sujetador y se quedó ahí mientras su cuello recibía pequeños mordiscos que le provocaban gemidos de placer perfectamente audibles.
El cierre cedió y la rotundidez de sus pechos quedó liberada. No tarde en buscarlos, acariciarlos, masajearlos y sentir nuevamente sus enhiestos pezones que mis dedos acariciaban y pellizcaban con suavidad.
Sus pechos eran una zona muy sensible y respondían a mis caricias aumentando la frecuencia y la intensidad de sus gemidos. Recordé que en una ocasión conseguí llevar a una mujer al orgasmo únicamente acariciando y lamiendo esa parte de su anatomía.
Hasta ese momento, ella se mostraba pasiva y se dejaba hacer disfrutando, aparentemente, pero sin corresponder a mis caricias con la misma intensidad. A mi no me importaba. En estas lides del amor me preocupa mas dar primero placer a mi pareja que recibirlo yo.
Para entonces, mi “hermano pequeño” había dado señales de vida desde hacía rato y ella lo notó apoyándose descuidadamente, pero sin ningún otro gesto de acercamiento. Yo no dije ni hice nada al respecto salvo esperar.
Una de mis manos, en su animo de segur explorando acarició sus muslos por encima de su falda, subiendo peligrosamente hacia su cadera. Volvió a bajar para iniciar nuevamente el recorrido, pero esta vez por debajo. El contacto de mi mano con la piel de su muslo le hizo dar un respingo e instintivamente intentó que la retirase, pero sin mucha convicción.
Mi mano siguió su avance hasta encontrarse con lo que debía ser una preciosa pieza de lencería que protegía sus partes mas íntimas.
Acaricié sin prisa la cara interna de sus muslos y toda la zona que cubrían sus braguitas. Para entonces ella se había concentrado únicamente en su placer y desde hacía rato no oponía ningún obstáculo a lo que le estaba haciendo sentir.
Abrió un poco las piernas para facilitar mis movimientos y seguí buscando el preciado tesoro.
Introduje los dedos por la comisura de sus braguitas y encontré a Venus en su monte y mis dedos se tornaron húmedos. La llave para abrir puerta.
Dedos intrusos entraron en su casa. Roce apenas su botón de la felicidad y entonces estalló.
Su cuerpo se tensó como un arco y empezó a tener convulsiones de placer, en un orgasmo que relajó totalmente la expresión de su cara.
Cuando abrió sus ojos, solo transmitían paz.
La besé con ternura y dijo “Hazme el amor”.
Sonreí, me quedé callado unos segundos y le contesté

- Es demasiado pronto, ten paciencia.


Continuará y terminará



H. Chinaski

4 comentarios:

Shinta dijo...

Ja, ja, ja..... perdona.
Mis niveles de ironia están por encima de mis niveles de educación.

Lo de hoy sí que parece un relato de Marqueze.

Espero que los deseos del capítulo II- fácilmente comprendibles- se hagan pronto realidad, aunque no entiendo porque esta mujer dice sí y luego no. También hay "de esas" por la France??

Bueno, espero un buen desenlance, seguro que algo surrealista.

Deberíamos invitar a alguien a pasar a esta nuestra página. Si me animo yo también relataré mi viaje de 18 días a París.

P.D: Diana es Diana Krall....quizás sonaba Temptation?

H. Chinaski dijo...

Hola Shinta

Acabo de ver los mensajes en tu blog

Para eliminar la validacion, tienes que ir a tu pagina de blogger.com
En el apartado de "Gestionar Blogs" picha en la palabra Configuracion.
En esta pestaña, bajo el nombre veras varios menus. Tienes que pinchar en "Comentarios"
Si bajas encontraras un apartado que pone "Moderacion de comentarios". Si tienes señalada la opcion Siempre y has rellenado con una direccion de correo la casilla en blanco, le estas diciendo a la maquina que antes de publicar algo te lo comunique y si te parece bien ya lo ordenaras tu.
Dicho de otra manera, picha la opcion "Nunca", borra esa direccion (si la has puesto) y escribela en el apartado "Correo electronico de notificacion de comentarios".
De esa forma tambien te envia un correo cuando alguien hace una entrada, pero no te obliga a validar cada comentario.

Me voy a trabajar, luego te escribo otra vez.

Ciao

H.C.

H. Chinaski dijo...

Hola

Tendras que esperar para ver si mis deseos se hicieron realidad.....pero pronto lo sabras

Ella primero dijo no y luego si.
"De esas" como dices las hay en todos los sitios. Es consustancial al genero femenino.
Haceis dificil lo facil. Os gusta complicar las cosas sencillas.
Lo llevais en los genes.

Pero ese tambien es uno de vuestros principales atractivos, a pesar de lo complicadas que sois.

Estoy deacuerdo contigo en invitar a alguien mas a pasar por aqui. Pero tampoco es algo que me quite el sueño....mientras tu sigas viniendo. Tiene su puntito ¿no?.

Dime lo que tengo que hacer para animarte a que relates tu viaje.
Tus deseos seran ordenes.

Quiero conocer tu viaje.... y asi yo te contare otro de los mios

Sonaba Diana pero me despist un poco al leerlo.
¿no te parece adecuada?
Mientras escribia estaba escuchando su disco de "The very best"
Si te gusta este tipo de jazz te recomiendo a Chris Botti

Temptations.......algunas de sus canciones son especiales.

Hasta mañana si lo lees.

Un beso

H. Chinaski

Shinta dijo...

Me llevas loca de aquí para allá. Me voy a celebrar la verbena.

Au revoir.